viernes, 9 de noviembre de 2012

Sobre medidas, derechos y suicidios


En España ya son tres las personas que se han suicidado por motivos de la crisis económica. La tercera víctima ha sido una mujer de 53 años tras haberle comunicado la comisión judicial  el desahucio.  Espero que la “inducción al suicidio”  no sea una de las medidas de austeridad del gobierno. Ya estoy imaginando a Rajoy por televisión anunciando “una excelente propuesta  para acabar con el paro, así  como un ahorro de millones de euros a la Seguridad Social”. Dios nos pille confesados. Y lo digo, porque este suceso es el resultado de una de las muchas  gestiones  pésimas de nuestros gobernantes; unas políticas que atentan contra los derechos de los ciudadanos, y que obedecen a intereses económicos -véase la ley de hipotecas-. Con esta norma, por ejemplo, ya no hay elección para el ciudadano.  De un plumazo, se han saltado a la torera dos derechos por el precio de uno. Por un lado, el derecho a la vivienda -un derecho que todavía se discute si debe ser económico o  fundamental- y por otro, sin ser conscientes de ello, el derecho a la vida. Esta serie de medidas muestran la crisis de valores hacia la que nos están llevando los intereses económicos. Espanta ver cómo los políticos se han visto obligados a reaccionar ante esta situación, e insisto, espanta porque muestra la brecha que existe entre los políticos y los ciudadanos. ¿No han sido motivos suficientes para el gobierno todas  las protestas que, con anterioridad, se produjeron en toda España contra los desahucios? Parece que no. El ejecutivo se ha visto obligado a enfrentarse a la situación de las hipotecas cuando una ciudadana de a pie ha decidido poner fin a su vida. Ante esto, gobierno y oposición han convocado una reunión urgente para modificar la regulación de las hipotecas.

Por ello, pedir responsabilidades es el primer paso para  hablar de Justicia hacia estas personas, porque es un error considerar dos muertes como meros suicidios. Desproveer a una persona de su casa debería ser condenable, porque no nos olvidemos que el derecho a la vivienda es un derecho humano, no solo porque lo recoja la constitución, sino porque es el principio connatural al desarrollo de la persona.