domingo, 31 de julio de 2016

El currículum de Paco o de cómo vivir con nervio

Imposible saber las  veces  que ha intentado hacer pleno en el quimérico juego de la primitiva. “Hoy la he echado. Te digo yo que mañana me toca”, comenta Paco irónicamente. Como imposible resulta contar los pares de zapatos que ha empaquetado, o los camiones que ha descargado en tiempo récord.  Con más de 20 años de experiencia dedicándose al sector de la logística en la empresa de calzado Reebook, qué más se puede decir.

Persona de pocas palabras, de gran carácter, y ácido en su sentido del humor. “Yo suelo ser muy cachondo, aunque cada vez me hago más cascarrabias. Será la edad” dice mientras entra a fichar en Tempe,  la última empresa de logística que lo ha contratado temporalmente. No sabe a ciencia cierta si después de acabar sus dos semanas de trabajo, tendrá la oportunidad de volver a llamarlo, o mejor aún, de entrar  indefinidamente en el imperio de Amancio Ortega.
Así lleva desde la crisis. De una empresa a otra tratando de llevar el sustento a su mujer, su hijo de 19 y su hija universitaria. “Los de 50 años lo tenemos muy jodido si no tenemos trabajo. Después de quedarme parado  he estado descargando camiones para particulares, y algunos, como no me hacían contrato, cuando  terminabas la faena se aprovechaban y no te pagaban, ¿a quién reclamas luego?”.
Pretende dar el do de pecho este tiempo que está trabajando. “Quedarme aquí me solucionaría bastante la vida”, comenta. Y lo cierto es que entona. No hay más que verlo etiquetando los pares. No mira al frente, ni a los ojos de su compañero cuando le comenta alguna banalidad. Su cabeza se dirige a  la desgastada mesa de trabajo y  los enganches, las etiquetas y la enorme caja de zapatos.
Abres una caja, etiquetas un par y vuelves a otro. Quitas un par, y después… otro ya va asomando la cabeza. Así durante ocho horas. Pero él no se detiene. Al contrario. Conforme va pasando la mañana va mecanizando la tarea. “Para esto hay que tener nervio, trabajar rápido y con energía” Explica. “El encargado te tiene que ver haciendo algo en todo momento, aunque hables con tu compañero, pero siempre trabajando”.

Pronto llega Eddi, el jefe de planta de carga y descarga.
-A ver, tú y tú. Os toca.
Han llamado a Paco y a un compañero para vaciar un camión. Los dos se dirigen junto a Eddie al compartimento de aquel armatoste metálico. Una larga cinta transportadora penetra el enorme tráiler.
-La tarea es sencilla. No os fijéis ni en modelos de zapatos ni nada. Sin contemplaciones, a la cinta.
Y como un ventilador Paco vacía el contenido del camión. En toda la planta solo  se oye el estruendo que generan las cajas de zapatos al caer en la cinta. Como un ritmo de batería constante y uniforme. ¡Bum,bum, bum! “Con nervio”, como él dice.  Y de la cinta, cientos de cajas desfilan ordenadamente como militares el día de las Fuerzas Armadas.
Y otra vez, y otra, y otra…
Paco y el compañero salen sudando la camiseta de trabajo.
-Media hora. ¡Muy bien! Felicita Eddi.
Con el tiempo que llevo en esto y viendo que soy más mayor quizá haya descargado más camiones que tú,  dice Paco al encargado.
Paco guarda la esperanza de volver a tener la estabilidad de cuando trabajaba en Reebook si le contratan en esta empresa.  “No sé si acabaré aquí. Sé de gente a la que han llegado a contratar indefinidamente, pero nada es seguro”. No pierde la esperanza. Él continúa todas las semanas echando la primitiva, o de vez en cuando se saca un dinero extra gracias a sus conocimientos de quiromasajista.

Esta vez ha tenido suerte.  Por lo pronto lo han llamado para hacer otra semana más. Venga, ya solo falta un poco más. Casi  tienes el trabajo, Paco. ¡Joder!